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Sin magia y con consentimiento, así es la hipnosis terapéutica

La hipnosis como abordaje terapeútico (Shutterstock)

Lejos de los mitos y el show mediático, cientos de psicólogos practican esta técnica para ayudar a pacientes a terminar con fobias, ansiedad y estrés. ¿Cómo es esta práctica guiada por la palabra, con respaldo académico y que nada tiene que ver con la pérdida del conocimiento?

Por Camila Pérez

Mirada con recelo por la espectacularización que algunos han hecho de ella y temida por muchos que creen que perderán el control, la hipnosis pocas veces es tomada en cuenta para tratar algún problema.

Objetos pendulantes frente a nuestros ojos, chasquidos de dedos, tono imperativo, son posiblemente las primeras asociaciones que realizamos cuando pensamos en ella.

¿Quién no pensó alguna vez que las promesas acerca de que esta técnica puede eliminar adicciones o cambiar conductas en pocas horas es pura habladuría?

Sin embargo, todo eso que creíamos saber sobre la hipnosis es, queridas amigas, ni más ni menos que la imagen que el showbusiness nos vendió, pero no es la realidad.

“Por la experiencia mediática, el público cree que los hipnotizadores dominan a los pacientes, y nada más lejano: el paciente no se duerme, está cómodo, relajado y no se obliga su voluntad. Es más, no podemos hacer nada si la persona se resiste”, explica Audrey Dupont, psicóloga francesa formada en la escuela Francesa de Hypnosis, quien llegó a la Argentina para trabajar en una institución dedicada a atender a deportistas de alto rendimiento para superar traumas o afecciones.

Un método de la psicología

¿Poder mental? ¿Subyugación? ¿Control? ¿Qué creés que es la hipnosis? Según cuentan los que saben, es simplemente una forma de comunicación en la cual terapeutas, psicólogos clínicos y médicos entrenados en este tipo de terapia incorporan en cada sesión sugestiones estratégicamente diseñadas para esa persona a la que le están facilitando la psicoterapia.

De modo que la hipnosis clínica usada como hipnoterapia ayuda a que experimentemos tranquilidad y relajación para así focalizar la atención de la mente consciente hacia nuestro interior y, de ese modo, favorecer los cambios más positivos con mayor bienestar. Hasta ahora nada de magia.

“La hipnosis es un estado de concentración mental durante el cual la persona focaliza sobre sí mismo y presta más atención a la comunicación terapéutica, por eso la explicamos como un recurso más dentro de la psicoterapia, como una modalidad comunicacional”, cuenta Carlos Malvezzi Taboada, especialista universitario en Psicología Clínica y director del Instituto Gubel de Investigación y Docencia en Hipnosis.

Una clásica sesión comienza con una serie de preguntas para conocer el motivo por el cual se acude. Puede iniciar desde la niñez, indagar sobre la relación familiar, amorosa y sentimientos en general. Finalizada esta etapa, el paciente decide si continúa el proceso sentado o recostado.

El doctor Malvezzi Taboada comienza sus prácticas contando una historia del artesano que hizo el diván donde se encuentra su paciente y de lo mucho que le gusta tenerlo.

Con voz pausada y monocorde, luego de la puntillosa descripción del sillón, explica lo que está pasando con el cuerpo en ese momento: “Su sangre está fluyendo más suave ahora, muy suavemente. Llega a todos los rincones del cuerpo, a cada porción de sus tejidos. Sus pies ahora son livianos, tan livianos y tibios como un vellón de lana. Igual que sus piernas, sus pantorrillas, sus muslos están más livianos. Cada vez está más lejos esa sensación de cansancio y dolor”, relata.

La hipnosis sin trucos

La llamada Eriksoniana -práctica terapéutica y realizada sólo por profesionales- es efectiva para actuar sobre ataques de pánico, fobias, angustias, y patologías psicosomáticas. “Desde el punto de vista terapéutico, la hipnosis clínica reparadora trata la angustia, las inhibiciones, las jaquecas crónicas, el pánico”, señala Scharovsky; y agrega: “Mucha gente llega con la creencia de que hay una especie de magia y en esto no hay magia; es una herramienta”.

El quid de la cuestión reside en que en el momento en que se está realizando la práctica hay una receptividad aumentada por parte del paciente: “Es una conciencia expandida, focalizada. Sirve para disminuir la resistencia de lo consciente”, sintetiza Scharovsky. “La hipnosis es solamente un viaje interno acompañado de un profesional que permite una toma de conciencia o arreglo interno”, ejemplifica Dupont.

Uno de los puntos más polémicos del debate “hipnosis sí, hipnosis no” es la suposición de que no tendremos control de nosotros mismo. Sin embargo, ¡no tengas miedo! Durante el transcurso de la sesión siempre estás consciente. Muchos describen que lejos de ser algo esotérico, la sensación es como estar en una meditación guiada, por lo que esta terapia se asemeja más a los estados de yoga que a un viaje astral.

No te dejes engañar por las películas o shows. Se trata de una práctica científica, según los especialistas. Más precisamente, según el psicólogo Malvezzi Taboada “la hipnosis es la prostituta de la medicina”, ya que estuvo relegada durante mucho tiempo y, por la influencia mediática, aún genera curiosidad y temor.

Yo fui hipnotizada

“Una vez que ya había recorrido mentalmente mi cuerpo siguiendo la orden tan particular de aflojarme y dejar que la sangre fluyera y los músculos perdieran el peso que arrastramos, muchas veces con dolor, el hipnólogo me pidió que cerrara los ojos. En ese mismo instante supe que mi cuerpo estaba totalmente borrado del espacio físico que ocupaba. Se había vuelto etéreo. Mi mente, en cambio, estaba atenta y lúcida, percibía todo lo que sucedía y mantenía pleno control de la situación y del tiempo. Al menos así me parecía. Cuando supo que yo realmente había conseguido el relajamiento físico, comenzó a trabajar con mi mente. Las suaves sugestiones de su voz me hicieron anticipar que yo iba a emprender, aunque sin proponérmelo, un pequeño viaje por el interior de mí misma”, cuenta Teresita Fernández, paciente de Malvezzi Taboada, quien explica que “con la hipnosis se trata de redefinir y generar una nueva conducta. Podemos ayudar a potenciar los factores que el ser humano tiene para enfrentar una determinada situación”, aclara.

Teresita afirma que esta experiencia le sirvió para recuperar recuerdos de su infancia, que creía olvidados y a los que jamás les había dado mucha importancia.

Voz pausada, relato fluido y ambiente cómodo son características indispensables a la hora de practicar la hipnosis, además del consentimiento del paciente.

“Comenzó describiendo un paisaje y sensaciones mientras de a poco iba bajando su tono de voz. Luego me indicó que fuera a otro paisaje donde había un lago, me pidió que me imaginara metiéndome al agua, como induciéndome a una relajación, y para finalizar me dijo que siguiera un camino hacia una casa como quería tener de pequeña. Ahí, describió una especie de tablero de teclas de luz, a las cuales se asociaban emociones. Me indicó que apagara las que correspondían a emociones negativas para mí y en contracara las asocié a una sensación de bienestar y paz. De a poco fue subiendo el tono de voz contando de diez hasta cero mientras me indicaba ir despertando”, narra Samanta Trivero, quien recurrió a la ayuda de la psicóloga Audrey Dupont para bajar los niveles de ansiedad que estaba experimentando ante la proximidad de un viaje.

Por último, y para tranquilidad de los pacientes, las sesiones son grabadas de modo que luego uno pueda repasar lo vivido una y otra vez. Vos, ¿te animarías a probar?

Fuente : https://www.infobae.com/tendencias/masmariana/2018/11/27/sin-magia-y-con-consentimiento-asi-es-la-hipnosis-terapeutica/